Se lo dije ayer a Di. Nos preguntábamos por una de esas parejas imposibles que todos conocemos. Ella no podía creer que la chica hubiera terminado en brazos del maromo. Yo se lo había dicho hacía tiempo. Esos dos andan liados. Di siempre me miraba con esos ojos suyos llenos de dulce condescendencia. Anda ya. Hasta que esta semana sus pupilas contemplaron la escena por sí mismas. ¿Cómo es posible? ¿Qué habrá visto en él? Me encogí de hombros y le respondí eso mismo. Que todos tienen su público. Aunque parezca imposible. Siempre hay alguien a quien le parece bien lo que hacemos, lo que decimos, lo que somos. Y otros muchos que, sentados en el sofá mientras ven el último capítulo de Scandal, critican lo que hacen los demás.

El ser humano es así.

Y así es como nace este blog. Esperando tener su público. Seguramente reducido; no espero llenar de seguidores un estadio de fútbol. Acepto de antemano que a muchos no les guste. Pero deseo -fervosoramente- que haya otros a los que sí.Como es mi página personal voy a dar mi opinión. En imágenes, siempre que sea posible. Sé que a veces gustará, y otras no. Es ley de vida. No puedo pretender que mi público abarque el universo entero. Tampoco pretendo convencer a nadie de nada. Solamente quisiera expresar lo que me ronda la cabeza.

Probablemente coincida contigo en ocasiones. Otras no. Si es así, dímelo. Discutámoslo. Civilizadamente, por favor. Y con argumentos. Hablando se entiende la gente, y todos tenemos algo que decir. Dímelo.

Me gustaría ser tu público. Aunque tú creas que no formas parte del mío.